13 febrero, 2016

Hatha Yoga, el Yoga de la Disciplina Física

El vocablo hatha proviene de las raíces ha y tha (sol y luna). Está referido a las dos cualidades, solar y lunar del fluído o prâna vital del cuerpo. Es el yoga de la fortaleza y armonía del cuerpo. En este sentido, es el equilibrio entre la respiración solar o de la fosa nasal derecha y la respiración lunar o de la fosa nasal izquierda. Asimismo puede traducirse como la unión de las energías prâna y apana.
El principal objetivo del Hatha Yoga, es lograr el máximo equilibrio entre el cuerpo físico, la mente y la energía vital, o prâna. Pretende, no sólo fortalecer el cuerpo, sino también armonizar y equilibrar todo el sistema nervioso con una serie de ejercicios en los que interviene la respiración (prânâyâma). También se incluyen determinadas purificaciones corporales (kriyâ) y trabajos gestuales (mudra). Actúa fundamentalmente sobre el cuerpo físico y la respiración procurando una salud perfecta.

Origen y desarrollo:
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El Hatha Yoga es un desarrollo medieval. Fueron los adeptos al Tantrismo los que iniciaron la visión dinámica del universo, creando una nueva actitud hacia el cuerpo humano y la existencia física en general. En el Kula Arnava Tantra se expresa esta actitud:
¿Cómo puede lograrse el objetivo humano sin el cuerpo? De esta forma, en posesión de un cuerpo, se deben efectuar acciones meritorias (punya) (1.18). Entre los 840.000 tipos de seres vivos, solo a través del cuerpo humano puede adquirirse el conocimiento de la Realidad (1.14).
Dentro del Tantra, el movimiento Siddha utilizó técnicas que constituyeron más adelante la “cuna” del Hatha Yoga. Especialmente las escuelas de los Nâthas, en la zona de Bengala, y de los Mahesvaras, en el Sur de la India.
Concretamente, la tradición hindú asocia la creación del Hatha Yoga con Goraksha Nâtha y su maestro, Matsyendra Nâtha, hacia el siglo X d.C. El término nâtha significa “señor” o “maestro” y se refiere al yogui que disfruta tanto de la liberación como de los poderes paranormales (siddhi).

Matsyendra recogió la tradición de los Kaula y fue el creador del Nâthismo, aunque legendariamente se considera que la fuente del linaje Nâtha pertenece al mismo Shiva y a veces se le invoca como Âdinâtha (Señor Primordial).
Sin embargo, la invención del Hatha Yoga se atribuye expresamente a su discípulo Goraksha, aunque bastantes prácticas de esta escuela existían desde mucho antes. A su vez, Goraksha fundó la escuela Kâmphata, que hoy en día aún tiene adeptos repartidos por toda la India en forma de eremitas y grupos monásticos.






En la imagen: Altorrelieve de un ser antropomorfo sentado con las piernas cruzadas, originario de la cultura del Valle del Indo. Se estima que este hallazgo encontrado por el año 1.920, data de los años 2.600 a. C. al 1.800 a. C. 
Según su descubridor, el arqueólogo británico John Marshall, se trataría del Dios hindú Shiva en su aspecto Pashupati o "Señor de las Bestias". De ser así se trataría de la primera representación histórica de Padmāsana o Postura del Loto.


Textos:
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Existen diversos textos sobre Hatha Yoga, pero los más renombrados de esta tradición son el Hathayogapradipika, el Gherandasamhita y el Shiva Samhita, los cuales tratan del fortalecimiento y la purificación del cuerpo físico; los nâdis en el denominado cuerpo sutil; la práctica de âsanas o posturas que están concebidas para estimular las glándulas, vitalizar el sistema nervioso y lograr un desarrollo psicofisiológico pleno, utilizando el cuerpo y la mente como instrumentos de evolución espiritual; el prânâyâma que regula, por su parte, la respiración para alcanzar el domino de la energía vital o prâna, que opera en el cuerpo y ayuda a controlar la mente; los métodos de limpieza y purificación o kriyâ y la aplicación de cierres o llaves denominadas mudras, siendo una de sus finalidades la de despertar la energía en estado latente denominada kundalini.
Además de las Yoga Upanishads, otras obras importantes, atribuídas todas al yogui Goraksha, son el Goraksha Paddhati, el Goraksha Shataka, el Goraksha Samhitâ, el Hatha Dîpikâ, el Jñâna Amrita, el Amanaska Yoga, el Amaraugha Prabodha y el Yoga Mârtanda.

El cuerpo divino:
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El objetivo fundamental es el mismo que el de cualquier otra forma de yoga: transcender la conciencia egóica y realizar el sí-mismo-esencial o Realidad divina. Sin embargo, la tecnología psicoespiritual del Hatha Yoga se concentra especialmente en desarrollar el potencial físico de tal forma que el cuerpo pueda resistir el asalto de la realización trascendental. Normalmente, se piensa que los estados enstáticos como el samâdhi son simples sucesos mentales, lo cual no es cierto. Los estados místicos de la conciencia pueden ejercer un profundo efecto en el sistema nervioso y en el resto del cuerpo. Los practicantes de Hatha Yoga creen que a menos que el cuerpo se purifique y prepare adecuadamente, los más elevados estados de concentración, meditación y énstasis resultan virtualmente imposibles de lograr. El hatha yogui, por tanto, se esfuerza en fortalecer el cuerpo, en construir un “cuerpo divino” (divya—sharîra) o un “cuerpo adamantino” (vajra—deha) que le procure la inmortalidad en el reino de lo manifiesto. Después de todo, la experiencia de unión enstática tiene lugar en el estado corporal. El hatha yogui busca no solo la iluminación, sino también un cuerpo transcendido que le permita gozar del universo manifiesto en sus distintas dimensiones.

Sin embargo, los practicantes de Hatha Yoga han sacrificado a menudo los elevados ideales espirituales y se han establecido en objetivos menores, quizá mágicos, al servicio del ego. El narcisismo constituye un gran peligro entre los hatha yoguis. Esto ha conducido a algunos críticos a considerar el Hatha Yoga como una enseñanza decadente, o de categoría inferior a otros tipos de yoga.

No obstante, el Hatha Yoga genuino siempre ha exigido ser comprendido como una tecnología psicoespiritual al servicio de la realización transcendental.

En el Hathayogapradipika, este punto se expresa como sigue:
Todas las prácticas del hathayoga y el layayoga no son más que medios para conseguir el rajayoga; quien logre el rajayoga triunfará sobre la muerte (4.103).
Este verso sugiere que el Hatha Yoga y el Raja Yoga deben considerarse sistemas complementarios y que el deseo de conquistar la muerte es un símbolo para la autorrealización completa. Solo el si-mismo-trascendental es inmortal; incluso un cuerpo “divino”, compuesto de materia sutil o energía, antes o después se desintegrará, puesto que todos los productos de la naturaleza están sujetos a la ley del cambio y la entropía.

Prácticas:
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El Hatha Yoga es una rama del yoga que exige al aspirante una colosal cantidad de tiempo dedicado a los procesos físicos, especialmente al prânâyâma (ejercicios de respiración y energía) y las âsana (ejercicios físicos). Las principales técnicas se encuadran en los siguientes grupos:

A - Técnicas de Purificación
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El control de la respiración (prânâyâma) es uno de los medios más directos para despertar la fuerza vital y los primeros yoguis se dieron cuenta que era preciso llevar a cabo una purificación más o menos intensa antes de emprender tal control respiratorio. En consecuencia, se inventaron toda una serie de técnicas de limpieza que preparan el cuerpo para las exigencias de las etapas más avanzadas de la práctica. El Gherandasamhita y el Hathayogapradipika citan seis técnicas (shatkarma) purificatorias distintas.

B - Posturas
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Según el Gherandasamhita (2.1) hay tantas posturas como número de seres vivos. Shiva enseñó 8.400.000 posturas, de las cuales 84 son importantes para los yoguis y 32 de ellas son las que se describen en el texto. De acuerdo con el Hathayogapradipika (1.33), sin embargo, Shiva solo enseñó 84 posturas siendo las más importantes cuatro posiciones de meditación. En los manuales contemporáneos se pueden encontrar descritas alrededor de mil posturas. Algunas están diseñadas expresamente para sentarse largo tiempo en meditación, pero la mayoría persiguen regular la fuerza vital en el cuerpo para obtener equilibrio, salud y fuerza.

C - Sellos y Cierres
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Relacionadas con las posturas se hallan los sellos (mudra) y los cierres (bandha). Los sellos son técnicas más avanzadas que las âsana, en el sentido que mezclan aspectos físicos con prácticas meditativas. Los cierres son una especie de maniobras corporales que buscan concentrar y estimular la fuerza vital dentro del tronco. El Gherandasamhita describe veinticinco mudra y bandha en el capítulo tercero. El Hathayogapradipika describe tres bandhas y diez mudras. En la práctica moderna, los mudras y bandhas se practican conjuntamente con los âsana.

D - Restricción Sensorial
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El pratyâhara se trata de forma superficial en el capítulo cuarto del Gherandasamhita y consiste en la retirada de la atención sobre los objetos externos.
El hecho de que esta práctica se sitúe antes del control de la respiración indica que la respiración yóguica presupone una importante medida de disciplina mental.

E - Control de la Respiración
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El control de la respiración (prânâyâma) es una detallada regulación de la fuerza vital (prâna) en sus diferentes formas. Desde el punto de vista del hatha yogui, el trabajo del yoga es imposible de llevar a cabo sin el dominio de la fuerza vital por medio de la respiración. De acuerdo con el Hathayogapradipika:
Mientras la respiración (prâna) sea irregular, la mente permanecerá inestable; cuando la respiración se calme la mente permanecerá inmóvil y el yogui logrará estabilidad. Por consiguiente, se ha de controlar la respiración (con la práctica del prânâyâma) (2.2). Hay vida mientras haya respiración (prâna). Si la respiración (prâna) cesa, el cuerpo muere. Por consiguiente, hay que practicar prânâyâma (2.3).

Antes de describir las distintas técnicas de control, el sabio Gheranda acentúa la importancia de una dieta y un entorno adecuados. Entre otras recomendaciones, el yogui debe iniciar estas prácticas en primavera o en otoño, cuando no hace excesivo calor o frio. También se enfatiza la importancia de purificar previamente los conductos sutiles del prâna (nâdi), los canales a lo largo de los cuales fluye la fuerza vital.

En el capítulo quinto del Gherandasamhita se describen ocho tipos de control respiratorio, denominados técnicamente “retenciones” (kumbhaka). El Hathayogapradipika también describe ocho técnicas de respiración en su capítulo segundo.

F - Meditación
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En el Hatha Yoga y en el Tantrismo en general, se identifica meditación (dhyâna) con visualización. El Gherandasamhita (6.1) habla de tres tipos de dhyâna:

Visualización sobre un objeto “tosco” (sthûla), por ejemplo la visualización detallada de una deidad.
Visualización sobre un objeto “sutil” (sûkshma), por ejemplo la visualización de lo Absoluto en la forma de punto original del universo (bindu), tal como lo describe el Tantrismo.
Contemplación de lo Absoluto como luz (jyotish).
En los dos últimos casos la atención es sencillamente introvertida sobre la esencia interior (âtman), logrando cierto grado de conciencia unitiva. Generalmente, se explica este proceso en términos del despertar de kundalini que, ascendiendo por el canal central (sushumna), se une finalmente con el sí-mismo-esencial en la cima de la cabeza.

G - Entasis
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La ascensión de kundalini a la cima de la cabeza representa la unión enstática o transcendental (samâdhi) de la conciencia individual del yogui con la conciencia universal, que es el séptimo y último paso del Hatha Yoga.

En el Gherandasamhita (7.3-4) se describe este paso. Igualmente, en el Hathayogapradipika (4.5-7) se encuentran varias explicaciones útiles.

Los estados de samâdhi descritos en estos textos se refieren a los estados superiores de énstasis, es decir, a la realización última o perfecta identidad con la Realidad transcendental. Se trata del nirvikalpa—samâdhi (énstasis sin forma), sinónimo de la liberación o iluminación espiritual. Por tanto, después del arduo y largo viaje, el hatha yogui disfruta de la misma condición de simplicidad máxima a la que aspira también el raja yogui.

José Antonio Offroy, Profesor de Yoga.
Autor y administrador de Yogadarshana, Yoga y Meditación