26 junio, 2016

Referencias básicas sobre el Sanatana Dharma y Tradiciones de la India: Parte I

El Sanatana Dharma .---

Llamado erróneamente Hinduismo, el Sanatana Dharma es considerado no solo la tradición religiosa predominante de la India, sino también la más antigua del mundo. 
Aunque quizás sería más acertado llamarla un modo de vida o una filosofía en lugar de una religión, en un vasto conjunto de creencias, la naturaleza abierta y tolerante del Sanatana Dharma no hace difícil sino imposible delimitarlo con precisión de otros conjuntos de creencias o señalar una fecha para su nacimiento. Tampoco cuenta con una iglesia o institución que vele por su aplicación, ni un único libro sagrado como las otras religiones, sino varios. En contraste con el Budismo y el Jainismo, no hay aquí un fundador ni un hecho decisivo sino una cadena de maestros espirituales, algunos anónimos o de los que se tienen datos escasos; otros bastantes conocidos, que fueron haciendo un aporte continuo. 
Lo que puede afirmarse es que muchas de las hebras del complejo tejido del Hinduismo estaban ya presentes en los siglos finales del primer milenio a.C. 

Sanatana
significa primordial, perenne y eterno; el término Dharma (de la raíz sánskrita dhr) aquello que sostiene, dar soporte, ley natural, deber, código de conducta, rectitud, mérito. De allí que Sanatana Dharma significa “La Ley Eterna”, “La ley Perenne“, “El Camino Primordial”, “El Orden Eterno”. 
La palabra Hindú, en cambio, deriva del persa hindu y este de la palabra sánscrita sindhu que significa “río”, la cual era también el nombre propio dado al río Indo en la antigüedad. Los griegos, que abordaron a la India por el noroeste y que estaban familiarizados con el Indo, pero conocían poco del interior del subcontinente, extendieron su nombre a todo el país dando origen al término India. 

El origen del Sanatana Dharma se mezcla con el de la historia de la India. Todo empezó en el valle de Indo, una de las civilizaciones más antiguas del mundo (contemporánea al Antiguo Egipto y la Mesopotamia). Antes de la llegada de los arios, probablemente de Asia central, en el valle de Indo vivían los drávidas con sus propias prácticas y creencias religiosas, los cuales más tarde fueron expulsados hacia el sur de la India por los mismos arios. Por consiguiente el Sanatana Dharma actual, probablemente está impregnado de las creencias, prácticas y deidades de los drávidas y arios. Además de ser la religión mayoritaria es, quizás más que en cualquier otro sitio, más que una religión un modo de vida y una parte importante de la tradición que se relaciona con casi todas las facetas de la vida de la India. 

Las escrituras básicas del Hinduismo que colectivamente se conocen como los Shastras son esencialmente una colección de las leyes espirituales descubiertas y transmitidas por los santos a través de los siglos. Los dos tipos de escrituras del Hinduísmo se conocen como Shruti o “lo escuchado” y Smriti, “lo memorizado” o “lo recordado”. Fueron transmitidas de generación en generación a través de la tradición oral, antes de que fueran escritas en sánscrito.
La literatura Smriti se refiere a memorizar o recordar lo sagrado a través de la poesía y las epopeyas. Son más populares, ya que son más fáciles de entender y explican las verdades universales a través del simbolismo y la mitología. Contienen algunos de los cuentos más bonitos de la historia de la literatura religiosa universal. Las tres lecturas Smriti principales son: el Ramayana que cuenta la historia y aventuras de Rama, una encarnación de Vishnu, quien rescata a su esposa Sita tras ser raptada por el demonio Ravana. El Mahabharata que cuenta la gran batalla que se disputó entre cinco hermanos y sus cien primos, “los buenos y los malos”. A grandes rasgos, es una metáfora sobre la lucha del bien contra el mal, entre otras muchas reflexiones. Finalmente la Bhagavad Gita o El Canto del Señor, que Forma parte del Mahabharata, y tiene lugar justo antes de que empiece la Gran Batalla. En ese momento uno de los cinco hermanos (Arjuna, el gran arquero) pierde las ganas de luchar contra sus propios primos y allí es cuando Krishna, encarnación de Vishnu y auriga de Arjuna, le da un sermón en pleno campo de batalla. La Bhagavad Gita contiene algunas de las concepciones filosóficas más profundas del Hinduismo; entre ellas la reencarnación y el karma.





La literatura Shruti trata sobre el hábito de los antiguos hombres santos hindúes, que llevaban una vida de soledad y meditación en lugares apartados, donde desarrollaron una consciencia que les facilitó “escuchar” las verdades del Universo. La literatura Shruti consta de dos partes: los Vedas (conocimeinto) y las Upanishads. Las Upanishads gozan de prestigio en ciertos sectores y, como los Vedas, pertenecen a una época anterior al Hinduismo propiamente dicho. Hay 108 Upanishads, de los cuales se suelen considerar 10 como los más importantes.

Uno de los pilares del Hinduismo es la creencia en un ente individual perdurable denominado, por lo general, ātman, palabra polivalente cuyo primer significado fue aliento vital, luego sí mismo y, también, alma. La naturaleza última del alma es investigada por varios sistemas filosóficos hindúes, no siempre coincidentes, pero siempre afirmativos sobre su participación, de una manera u otra, en lo divino y por lo tanto en su inmortalidad. Simultáneamente con la concepción de un alma individual, surge la teoría de la transmigración o reencarnación y del karma. Para liberarse de la sucesión interminable de reencarnaciones, diferentes las escuelas hindúes proponen diversos caminos cuyo fin es rescatar al alma que, ignorante de su propia divinidad, es esclavizada por los sentidos y apariencias. Ascetismo, acción desinteresada, conocimiento, meditación, yoga y la gracia divina solos o combinados son algunas de las vías propuestas.

Adiferencia de budistas y jainistas, los hindúes depositan su fe en deidades o representaciones todopoderosas y concretas. El concepto de Trimūrti o “tres formas” engloba a los dioses mayores del Hinduismo en una fórmula única, en la que se considera a Brahma, Vishnu y Siva como el creador, el preservador y el destructor, respectivamente.
Una variedad de textos son considerados sagrados y fruto de distintas épocas y tradiciones, algunos de los cuales gozan de aceptación universal mientras que otros son específicos de distintas sendas. En contraste con el Jainismo Svetambara y el Budismo Theravada, el Hinduismo no tiene un canon fijo de escrituras sagradas. Sus numerosos textos provienen de diversas épocas y tradiciones. Los principales son:

Los Vedas, 
honrados por la mayoría de los hindúes, sobre todo por su antigüedad y por respeto a la tradición.

Las Upanishads, que gozan de prestigio en ciertos sectores, pero como los anteriores pertenecen a una época anterior al Hinduismo propiamente dicho.
La Bhagavad Gita o “El Canto del Señor”, poema de 700 estrofas sumamente popular, contenido en la gran épica Mahabharata, que afirma, por primera vez, la supremacía de un dios universal y concreto a la par que propone diversos caminos hacia la liberación.
Los Puranas o“Antiguas Historias”: son un vasto y heterogéneo grupo de textos de difícil datación, un repositorio inagotable de mitos, leyendas, creencias y preceptos abarcando muchas de las innumerables facetas del Hinduismo. Todo este material fue sistematizado en Puranas mayores y menores, la mayoría de los cuales se centran en una de las divinidades mayores.
Agamas Sivaítas, redactados a partir del siglo VIII, los 28 agamas principales son aceptados por la mayoría de las sectas sivaítas aunque su autoridad es reconocida, particularmente, en el sur de la India.
Samhitas Vishnuitas, de los cuales los más tempranos son los numerosos manuales de los Vaikhanasas, una secta de ascetas, donde se codifica en detalle la conducta a adoptarse en los templos y que más tarde fueron desplazados por otra secta ocupados en especificar prácticas cultuales, pero de un alcance más amplio al incluir consideraciones teológicas y filosóficas.
Tantras: Los Tantras propiamente dichos son, en conjunto, posteriores a otros textos sagrados. Al parecer ninguno es anterior al siglo X. Adoptan, casi siempre, la forma de un diálogo entre Siva y su esposa.

Religión Védica o Vedismo .-


Su nombre deriva de Veda, título aplicado a un conjunto de tres o cuatro textos sagrados, los más antiguos de la India, que contienen lo esencial de esta tradición. El término sánscrito Veda significa “saber” o “conocimiento”, entendiéndose con ello, todo el conocimiento verdadero, sagrado o ritual.
El Vedismo hunde sus raíces en la primitivas creencias indoeuropeas teniendo algunos puntos de contacto con las de griegos, latinos, eslavos y germanos. Sin embargo, sus conexiones más estrechas son con las de los antiguos iranios (conjunto de grupos étnicos caracterizados por el empleo de lenguas iranias y su descendencia de antiguos pueblos de la meseta iraní), como lo revela la lectura comparativa del Avesta, el texto más sagrado de estos últimos.
El Vedismo era la religión de los indoarios, pueblos de origen indoeuropeo, que habrían arribado a la India en sucesivas oleadas desde comienzos del 2º milenio a.C. Sus deidades, Divididas en celestes, aéreas y terrestres, algunas encarnan los elementos y fuerzas de la naturaleza tales como el fuego, el viento, la lluvia, las tormentas, el sol, el cielo y la tierra, pero otras simbolizan el orden del universo, la verdad y el respeto de los contratos. Indra, el líder del panteón, representa el espíritu guerrero, y el Soma es la personificación de la bebida euforizante empleada en ciertos rituales. Varios de estos dioses asumen funciones creadoras, pero en los estratos más antiguos de esta religión no hay un demiurgo único. Sólo en el tardío libro X del Rig Veda se encuentran himnos especulativos sobre el origen del cosmos y su posible hacedor. Una posición especial es la de Yama, el primer hombre y el primer muerto, quien rige el mundo de los ancestros, ubicado en el cielo más alto. Llamado usualmente rey, su estatus es muy cercano al de un dios. Una corte de seres semidivinos, sabios y sacerdotes míticos dotados de poderes sobrenaturales acompaña a los dioses quienes, a veces, actúan como intermediarios entre estos últimos y los hombres. A los dioses asociados con el día se oponen los asuras asociados con la noche, casi tan poderosos como ellos, y una multitud de demonios inferiores, algunos de los cuales poseen cuerpos monstruosos y hábitos repugnantes.
Como el Vedismo prosperó antes de la aparición de la escritura en la India, los “textos” disponibles hoy no existían en un principio como tales. Estos son, en cambio, el producto de siglos de transmisión oral ininterrumpida.
Se dividen en dos grupos: Vedas y Brahmanas. El más antiguo es el Rig Veda compuesto por algo más de mil himnos en honor de los dioses. Le sigue el Yajur Veda conteniendo plegarias y fórmulas para ser pronunciadas en cada etapa de sus rituales. El Sama Veda incluye estrofas y porciones de himnos del Rig Veda, modificados con el fin de ser cantados durante rituales especiales en un estilo florido. El Atharva Veda se diferencia de los otros Vedas por no estar directamente relacionado con el ritual, por ser más tardío y por no haber gozado de la misma reverencia que los otros Vedas. Contiene, sobre todo, fórmulas propiciatorias y expiatorias y conjuros para contrarrestar maleficios y combatir enfermedades y demonios.
Los Brahmanas son comentarios en prosa, anexos a los Vedas, que refieren a las particularidades del ritual.

Budismo .-

El nombre de Budismo proviene de la palabra sánscrita buddha, “el que ha despertado”, epíteto dado a su fundador una vez alcanzada la Iluminación. Su fundador fue Siddhartha Gautama, apodado Sakyamuni, Tathagata y Buddha. Sakyamuni (śākya-muni) significa “el sabio de los Sakyas”, por ser originario de una pequeña república del noreste de la India y del Nepal meridional gobernada por el clan Sakya. Tathagata (tathā-gata) que significa literalmente “así venido”, aludiendo quizás a los budas que lo habían precedido en el pasado, era el término utilizado por el Buda para referirse así mismo. La cronología tradicional afirma que Buda vivió entre 560-480 a.C., pero hoy se cree que habría nacido más tarde, a principios del siglo V a.C. Si bien se trata indudablemente de un personaje histórico, las únicas fuentes para su biografía son las propias escrituras budistas. La mayor parte de su existencia y su prédica se desarrollaron en el actual Bihar, estado que puede considerarse como la cuna del Budismo y cuyo nombre (derivado de vihāra) recuerda la profusión de monasterios en la región.





El Budismo niega que haya una esencia perdurable, un espíritu o alma individual (an-ātman), una diferencia radical con el Hinduismo. Acepta, sin embargo, la transmigración, precisando que lo que “muere” y “renace” no es el alma sino un grupo de principios psico-físicos transitorios conocidos como los cinco agregados o skandhas relacionados con el cuerpo físico: sensación, percepción, formaciones mentales, o sea construcciones respecto al mundo exterior y la conciencia. Los agregados están sujetos a aparición, duración, cambio y desaparición y son, por lo tanto, transitorios. La ignorancia es la raíz de las formaciones mentales o creaciones sin correspondencia con la realidad causantes del renacer. Las “Cuatro Nobles Verdades” predicadas por Buda en su primer sermón en Sarnath identifican la “enfermedad” de la condición humana sosteniendo que.

1- Todo es sufrimiento.
2- El origen del sufrimiento es la avidez.
3- El sufrimiento puede extinguirse.
4- El Noble Óctuple Sendero es la vía para la extinción del sufrimiento.

El sufrimiento o duḥkha al que alude Buda no sólo es el dolor físico y moral causado por la fragilidad de la vida, sujeta a enfermedad, vejez y muerte, sino también un malestar profundo, una insatisfacción ante la impermanencia de todas las cosas. El Noble Óctuple Sendero conduce a la extinción de las pasiones y a alcanzar el estado último llamado nirvana a través de la práctica de los siguientes fundamentos:

1- Recta Comprensión.
2- Recto Pensamiento.
3- Rectas Palabras.
4- Recta Acción.
5- Rectos Medios de Vida.
6- Recto Esfuerzo.
7- Recta Atención.
8 - Recta Concentración.

El sufrimiento puede eliminarse con la sabiduría, es decir disipando la ignorancia, la causa primera de la avidez. El camino a la sabiduría y al nirvana es constituido por el Noble Óctuple Sendero. Estos ocho factores no son separados y deben desarrollarse simultáneamente, ya que todos ellos están estrechamente relacionados entre sí, y cada uno contribuye al cultivo de los otros.
En el Budismo existían diferentes tendencias y maneras de enfocar la enseñanza que más tarde darían lugar a los posteriores movimientos o Vehículos del Budismo, estos son el Budismo Theravada o Hinayana, Budismo Mahayana y Budismo Vajrayana.

Las escrituras canónicas del Budismo se preservan en pali, una lengua indoaria media que fuera popular en el norte de la India. Entre sus escrituras el Dhammapada, una síntesis magistral de las ideas budistas; el Suttanipata, poemas sobre ética y sociedad; Theragatha y Therigatha, experiencias personales de monjes y monjas respectivamente; y el Jataka, narraciones de las vidas anteriores de Buda, son algunas de las más importantes. El Budismo Mahayana posee sus propias obras, muchas de las cuales son la base de distintas escuelas filosóficas que florecieron no sólo en la India sino también en China y Japón. Originalmente redactadas en sánscrito, muchas de ellas subsisten solamente en traducción china o tibetana. “El Sutra del Loto” es uno de los textos Mahayana más populares pues propone la existencia de varios vehículos para acceder a la liberación accesible a todos. “El Sutra del Corazón” y “El Sutra del Diamante” son famosos textos breves que sostienen la insubstancialidad de toda realidad. “El Sutra de la Guirnalda” expone una concepción unificadora en la que cada fracción del tiempo y del espacio participa de la totalidad y en la que el universo entero es el Buda.

Jainismo .-

Jainismo significa “seguidores de los Jinas”, es decir de los “vencedores”, aludiendo a los guías espirituales del pasado que se conquistaron a sí mismos para alcanzar la liberación. El Jainismo emergió del mar del ascetismo. Desde comienzos del 1er. milenio a.C., era corriente que algunos individuos abandonaran la sociedad para retirarse a los bosques u otros lugares aislados donde habitaban en pequeñas comunidades o en soledad practicando una vida simple, adoptando otras veces una vida itinerante para vagar de pueblo en pueblo. Además de renunciar a la sociedad solían entregarse a diversas penitencias y prácticas mortificatorias.
Tanto las escrituras budistas como las jainistas mencionan a una secta ascética, llamada Nirgrantha (“sin lazos” o “sin posesiones”), liderada por un tal Parsvanatha, la cual parece prefigurar al Jainismo, pero de la cual se sabe muy poco. Sin embargo, el Jainismo recién surgió de manera claramente reconocible un par de siglos más tarde, al mismo tiempo que el Budismo y en la misma región del noreste de la India. Su fundador fue Vardhamana, un miembro, al igual que Bud,a de la clase gobernante. Más conocido por su apodo de Mahavira o “Gran Héroe”, fue considerado el vigésimo cuarto de los Jinas o Tirthankaras y el último los grandes guías espirituales del Jainismo. Habría vivido en la primera mitad del siglo V a.C., en la misma época que Buda, y si bien nadie duda de su presencia en la historia los hechos de su vida se confunden con la leyenda Las escrituras jainistas reconocen la existencia de 24 maestros llamados Jinas, por haberse conquistado a sí mismos, y también Tirthankaras, por haber atravesado la corriente de los nacimientos continuos allanando el camino para la salvación espiritual de otros. Sólo hay evidencia histórica de los dos últimos Tirthankaras: Parsvanatha y Vardhamana. Los otros habrían vivido, según afirma la tradición, en un tiempo inconmensurablemente remoto, incluso en otros ciclos temporales. Las estatuas de los Jinas son veneradas en los templos, pero estos no tienen estatus divino.

Para el Jainismo la realidad puede reducirse a dos categorías: jīva y ajīva. La primera es lo sensible y lo consciente, constituida por las almas cuyo número es infinito, encontradas no sólo en animales y vegetales sino también en el agua, rocas, etc. La segunda se manifiesta en cinco entidades primordiales: materia, dharma (necesaria para el movimiento), adharma (necesaria para el reposo), espacio y tiempo las que sumadas a jīva constituyen las seis substancias básicas. No hay un dios creador, el universo es eterno evolucionando en ciclos ascendentes (cuando progresan los valores morales) y descendentes (cuando estos declinan) que se suceden indefinidamente. A diferencia de los hindúes, los jainistas no creen en una aniquilación periódica del universo.

El camino a la salvación es esencialmente individual, pues los Jainas, si bien han mostrado el camino hacia la misma, no pueden ayudar directamente por ser almas liberadas. Los dioses, por otra parte, desempeñan un papel muy secundario a pesar de que algunos tales como Sarasvati, patrona del conocimiento y de las artes, son reverenciados en los templos. Las consecuencias de nuestras acciones, el karma, devienen una materia que aprisiona al alma. Para terminar con el ciclo de reencarnaciones debemos destruir el karma y liberar el alma. La concepción del karma como material es peculiar del Jainismo pues en el Hinduismo es considerado insubstancial.
El alma es potencialmente omnisciente, pero se halla oscurecida por el karma. Se requiere un larguísimo proceso de perfeccionamiento moral e intelectual para alcanzar un estado llamado kevala o “aislamiento” en el cual el alma se libera recuperando su conocimiento perfecto. La base de la moral jainista es la no violencia o ahiṃsā  tanto de pensamiento como de acción, tanto física como moral, hacia todos los seres vivos, lo que requiere un vegetarianismo estricto y, en el caso de los ascetas, medidas extraordinarias para no destruir inadvertidamente ninguna vida como taparse la boca con un barbijo, filtrar las bebidas, barrer el camino para no pisar ningún insecto, etc.

El Jainismo se divide en dos sectas, Śvetambara y Digambara, que difieren en la vestimenta permitida a sus ascetas, en algunos ritos y en su literatura sagrada. Los Śvetambara o “Vestidos de Blanco” permiten a sus ascetas portar vestidos sencillos mientras que los Digambara o “Vestidos de Espacio” deben ir desnudos. Los primeros reverencian un Canon de 45 textos sagrados mientras que los segundos lo rechazan, aceptando un grupo mucho más reducido de textos, pues estiman que las enseñanzas de Mahavira se perdieron. Las escrituras de los Śvetambara se agrupan en un Canon constituido por 45 tratados o agamas redactados en una lengua popular llamada ardha-māgadhī, perteneciente al Indoario medio (el sánscrito pertenece al Indoario antiguo). De contenido muy variado, exponen la doctrina jainista y sus concepciones del universo y del tiempo, narran historias edificantes y dictan normas de conducta.
Uno de los libros más populares del canon, el Kalpa-sutra, contiene las biografías de los 24 tirthankaras. Los Digambara, en cambio, aceptan como válidas un par de obras diferentes que tratan, sobre todo, del efecto negativo del karma sobre el alma. A partir del comienzo de nuestra era floreció una abundante literatura postcanónica, en varios idiomas, cubriendo los más diversos tópicos que van de lo secular a lo religioso y de lo técnico a lo literario destacando las contribuciones en el campo de la filosofía. Entre sus estrictas normas de conducta los monjes deben respetar cinco votos muy restrictivos como no dañar jamás ninguna forma de vida, no tener relaciones sexuales ni realizar actividades que puedan aumentar el deseo sexual. no mentir, evitar la ira y el miedo, renunciar completamente a las posesiones personales, evitar la avaricia, etc.; y los laicos doce votos menos exigentes, siendo los pequeños votos de estos últimos una versión atenuada de los grandes votos de aquellos. A saber: no robar, no dañar intencionalmente, fidelidad conyugal, no mentir excepto cuando decir la verdad provoque un perjuicio, limitar las posesiones personales, etc.

Fuentes:

http://www.elportaldelaindia.com/
http://www.philosophica.info/
http://religiones.conocimientos.com.ve/