10 enero, 2018

Yoga, Iungere, Iugum


No es fácil definir el Yoga. Etimológicamente el término Yoga deriva de la raíz jug-, "tener apretado", "uncir", "poner bajo el yugo"; con la que están igualmente en relación el latín iungere, iugum, el inglés yoke, etc.

El vocablo Yoga sirve en general para distinguir toda técnica de ascesis y todo método de meditación. Evidentemente tales ascesis y meditaciones han sido diferentemente valoradas por las múltiples corrientes de pensamiento y movimientos místicos de la India.

Existe un Yoga "clásico" expuesto por Patáñjali en su célebre tratado los Yoga-Sūtra, y de este sistema ha de partirse para comprender la posición del Yoga en la historia del pensamiento indio. Pero junto a este Yoga "clásico" existen innumerables formas de Yoga populares, asistemáticas, y existen igualmente ciertos yogas no brahmánicos (por ejemplo el de los budistas, el de los jaina).


En el fondo, el término mismo de Yoga es lo que ha permitido tan gran variedad de significaciones: sí, en efecto, etimológicamente jug- significa "unir", es empero evidente que el vínculo en que ha de culminar esa acción unitiva presupone, como condición previa, la ruptura de los vínculos que ligan al espíritu al mundo. En otros términos: la liberación no puede ocurrir a menos que haya uno comenzado por sustraerse al circuito cósmico sin lo cual no llegaría jamás al reencuentro ni al dominio de sí mismo.


Relieve de Shiva y Parvati en el Templo
de Virupaksha, Karnataka (India)



Aún en su acepción "mística", es decir, aún en tanto que significa la
unión, el Yoga implica el previo desapego con la materia, la emancipación respecto del mundo. Se pone el acento sobre el esfuerzo del hombre ("poner bajo el yugo"), sobre la autodisciplina, gracias a la cual puede obtener la concentración de la mente aun antes de haber solicitado -como en las variedades místicas del Yoga- la ayuda de la divinidad. "Unir, "tener apretado", "poner bajo el yugo", todo esto tiene la finalidad de unificar la mente, abolir la dispersión y los automatismos que caracterizan  a la conciencia profana.

Para las escuelas de Yoga "devocional" (místico), esta "unificación" no hace evidentemente, sino preceder a la verdadera unión, la del alma humana con Dios.

Lo que caracteriza al Yoga no es solamente su aspecto práctico, sino también su estructura iniciática. Nadie aprende el Yoga por sí solo, es necesaria la dirección de un maestro (guru). El yogin comienza por abandonar el mundo profano (familia, sociedad) y, guiado por su guru, se aplica a trascender los comportamientos y los valores propios de la condición humana. se esfuerza por "morir a esta vida", y aquí se ve con máxima claridad la estructura iniciática del Yoga. Asistimos a una muerte seguida de un renacimiento a otro modo de ser: el representado por la liberación, por el acceso a un modo de ser no profano, difícilmente descriptible, que las escuelas indias expresan con diferentes nombres: Moksa, Nirvana, Asamskrta, etc.

-Mircea Eliade-