28 noviembre, 2016

Una Introducción al Hinduismo

por Ananda K. Coomaraswany


"De nada valdrá la erudición sino solamente el haber nacido." 
-Jacob Boehme- 

"Las sagradas escrituras declaran por doquier que el hombre debe vaciarse de sí mismo. Cuando te liberas de ti mismo, entonces te autocontrolas y al autocontrolarte te autoposees, y al poseerte, estás en posesión de Dios y de todo lo que Él creó." 
-Meister Eckhart-

"Quien se conoce, conoce a su Señor con una unificación que trasciende toda común asociación."
-Najmu'ddin Kutra- 

"¿En qué medida no te olvidarás de Dios? Siempre que no te olvides de ti mismo; pues, al recordar tu propia nada en relación con todas las cosas, también recordarás la trascendencia de Dios en relación con todas las cosas." 
-Filón-

"Todos los escritos sagrados que han explorado al Yo como objeto declaran: anular el postulado del yo implica Liberación." 
-Sri Ramana Maharshi- 

 "Pues a la mente que se extrovierte y permite andar en libertad le incumbe apartarse de la influencia de todas las cosas y, por último, del mismo todo." 
-Filón-

"¿Qué es uno mismo?: Razón. ¿Qué es este yo?: La razón.".................
-Marco Aurelio-  



El Brahmanismo o Hinduísmo es no solamente la más antigua de las religiones de los misterios, o más bien, de las disciplinas metafísicas, de la que tenemos un conocimiento completo y preciso proveniente de fuentes literarias, y en lo que respecta a los últimos dos mil años también de documentos iconográficos, sino también tal vez la única de ellas que ha sobrevivido con una tradición ininterrumpida y que en la actualidad es vivida y comprendida por muchos millones de hombres, algunos de los cuales son gente rústica, y otros gente docta, capaces de explicar su fe tanto en idiomas europeos como en el suyo propio. No obstante, y aunque las escrituras y prácticas antiguas y modernas del Brahmanismo han sido examinadas por eruditos europeos durante más de un siglo, difícilmente sería una exageración decir que una fiel explicación del Hinduísmo bien podría darse en la forma de una negación categórica de la mayoría de las declaraciones efectuadas acerca de él por eruditos europeos y por indios instruidos en nuestros modernos modos de pensar escépticos y evolucionistas.




Podríamos empezar, por ejemplo, señalando que la doctrina Védica no es panteísta ni politeísta, ni es un culto de las fuerzas de la Naturaleza, excepto en el sentido de que Natura naturans est Deus y todas sus fuerzas son sólo los nombres de los actos de Dios; que el karma no es el "hado" en el sentido ortodoxo del carácter y del destino que son inherentes a las cosas creadas mismas, y que, entendido correctamente, determina su vocación; que maya no es "la ilusión", sino más bien la medida y el medio material esenciales para la manifestación de un mundo cuantitativo, y en este sentido "material", de apariencias, por las que podemos ser iluminados o engañados de acuerdo con el grado de nuestra propia madurez; que la noción de una "reencarnación" en el sentido popular de que los individuos vuelven a renacer en esta tierra representa solamente una interpretación errónea de las doctrinas de la herencia, la transmigración y la regeneración; y que los seis darshanas de la posterior "filosofía" sánscrita no son "sistemas" tan mutuamente excluyentes sino, como su nombre lo implica, otros tantos "puntos de vista" que no son más contradictorios entre sí que, por ejemplo, la botánica y la matemática.




En el Hinduísmo también negaremos la existencia de algo único y peculiar para sí, aparte de las locales adaptaciones pintorescas y sociales que son de esperar bajo el sol, donde nada puede ser conocido, salvo según el modo del conocedor. La tradición india es una de las formas de la Philosophia Perennis, y como tal, encarna aquellas verdades universales que ningún pueblo o ninguna edad pueden reclamar en exclusividad. Por lo tanto, el hindú quiere perfectamente que sus propias escrituras sean utilizadas por los demás como "pruebas extrínsecas y probables" de la verdad como ellos también la conocen. Además, el hindú argüiría que sólo sobre estas cimas puede efectivizarse algún acuerdo verdadero de culturas diferentes. Ahora trataremos de expresar positivamente los fundamentos; sin embargo, no como habitualmente se hace esto de acuerdo con el "método histórico" por el que la realidad es más oscurecida que iluminada, sino desde un punto de vista estrictamente ortodoxo, en cuanto a los principios y la aplicación de éstos, esforzándonos en hablar con precisión matemática, pero sin emplear jamás palabras nuestras o hacer afirmación alguna por la que no pueda citarse la autoridad por capítulo o versículo; haciendo de este modo que incluso nuestra técnica sea característicamente india.

No podemos intentar un estudio de la literatura religiosa, pues esto equivaldría a una historia literaria de la India, en la que no podemos decir dónde termina lo que es sagrado y dónde empieza lo que es secular, y hasta las canciones de las bayaderas y juglares son los himnos de los Fidèles de l'Amour. Nuestras fuentes literarias empiezan con el Rigveda (1200 ó más a.C.), y sólo terminan con los muy modernos tratados teológicos Vaishnava, Shaiva y Tántricos. Sin embargo, debemos mencionar especialmente al Bhagavad Gîtâ como probablemente la obra única y más importante que se produjo en la India; este libro de dieciocho capítulos no es, como a veces se lo ha llamado, una obra "sectaria", sino universalmente estudiada y a menudo repetida diariamente de memoria por millones de indios de todas las creencias; se la puede describir como un compendio de toda la doctrina Védica que se hallará en los Vedas, Brahmanas y Upanishads primitivos, y que, por lo tanto, por ser la base de todas las producciones posteriores, puede considerársela el foco de toda la religión india. 
Debemos agregar a esto que el Krishna y el Arjuna seudohistóricos han de identificarse con el Agni y el Indra míticos.